martes, 3 de abril de 2012

MAGIA DE LA VOZ HUMANA


La  fonética, que estudia los sonidos que articulan los seres humanos para poder comunicar lo que sienten y lo que piensan acerca del mundo que los rodea y la fonación que es toda actividad no inicial ni articulativa en la laringe, se unen para que se produzca la voz humana que es una función secundaria insertada sobre unos órganos fisiológicos con otras funciones primarias: la respiración y la deglución.
En esencia, el aire es el principal factor para una correcta pronunciación de las palabras. Una  corriente de aire proveniente de los pulmones y va a transformarse a su paso por el aparato fonador, hasta convertirse en sonidos apropiados para la comunicación humana.
Dentro de la extensa rama de la fonética existe la fonética articulatoria que explica el modo como el emisor produce los sonidos, la forma como utiliza los órganos fonatorios al tratar de pronunciar un determinado fono o fonema para la correcta articulación de las palabras, esta exige una respiración adecuada, para lograr una buena pronunciación de las palabras; la respiración abdominal es la más adecuada, debido a que la mayor cantidad de aire se acumula en el estómago, facilitando al el órgano fonador producir los sonidos del habla correctamente. Sin embargo cuando hablamos no nos damos  cuenta de todo lo que sucede en el interior de nuestra boca y nuestra garganta porque todos los movimientos de la
laringe, la lengua, los labios, el velo del paladar se realizan automáticamente y en
las circunstancias precisas del acto del habla. Además, nos concentramos en el
tema de la conversación y en el interés de lo que se comunica y no prestamos
mucha atención a la parte mecánica de la producción del lenguaje verbal.
Si nos detuviéramos a  observar, qué movimientos bucales o faciales o internos
hacemos, cuando pronunciamos una palabra lentamente, sonido por sonido o
sílaba por sílaba no concientizaríamos de la importancia que tienen   los movimientos articulatorios al hablar. De esta manera se deben tener en cuenta el papel que cumplen  la boca, los labios, los dientes y el paladar para producir dichos sonidos correctamente.
 Resulta muy interesante conocer la fisiología de los aparatos de fonación y audición para maravillarse de la complejidad de los órganos humanos que hacen posible la comunicación. 
A continuación se muestra un ejemplo de un  ejercicio que permite una buena producción fonética.
EJERCICIO Nº. 1:
Inspira por la nariz, lenta u silenciosamente.
Retén y bloquea el aire.
Expira por la boca, lentamente, diciendo shhh (como si pidieras silencio )
Controla la salida del aire y toma el tiempo con un reloj.
Repite el ejercicio varias veces de espacio.

DELCIA HELEN MURILLO.

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